Y… obvio, la nube está en el cielo. Qué pavada. Lo que hace es justamente eso, dejarte perplejo, y entonces, cuando estás perplejo, estás en un estado de atención. Lo que busca la poesía, el arte, el Reiki, la música, la espiritualidad, es eso, lograr que estés atento de distintas maneras. Algunos te golpean, otros se enferman, a otros les roban, a otros los sacuden, y otros reciben Reiki o rezar o meditar y logran el despertar famoso. Mientras tanto, todo ocurre de una u otra manera a través de la enfermedad, de la frustración, de la desazón, porque uno no está atento y en realidad, lo que uno tiene que hacer es estar despierto, estar atento y conectarse con la propia evolución.
Aunque suene muy intelectual eso, conectarse con lo que uno de verdad tiene que hacer: evolucionar, avanzar, ser mejor persona, etc. Para eso hay que estar atento. Todas las cosas que nos pasan son para que nos despertemos, aun las cosas negativas. Entonces, si yo logro despertarme diciendo una frase paradójica, porque mi mente es muy buena para engancharse con la lógica, me tengo que despertar por el lado de la risa, de la ironía o de enfrentarla con algo que la saque de donde yo sé que ahí va a ganar ella. Si yo sé que me voy a ganar a mí mismo porque me doy cuenta y me engaño muchas veces, le mando una cosa totalmente desestructurante.
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